Unos 15 días antes de la salida del congelamiento de precios que finalizó el 1° de junio, la suba de los productos de la canasta se aceleraron a un ritmo mayor respecto del que venían creciendo y treparon 2,5 por ciento en las últimas cuatro semanas. A tal punto, que la variación anualizada de los precios, en ese lapso, se aceleró al 37,9 por ciento, según un relevamiento realizado por la consultora Elypsis.
Esta “fuerte respuesta de la inflación al fin del congelamiento prende luces amarillas sobre la evolución nominal de los precios durante los próximos meses”, advierte Luciano Cohan, responsable del relevamiento.
“Aunque en este segmento de productos, el saldo aún es positivo, porque la inflación -en lo que va del año- aún está por debajo de la de 2012, se corre el riesgo no sólo de regresar a los niveles de inflación anual registrados antes del congelamiento, sino de hacerlo con una inercia alcista, es decir, con precios creciendo a un mayor ritmo que en el pasado”, explicó.
La advertencia surge porque si bien el tema inflacionario es la principal flaqueza de la economía, hasta ahora el gobierno se limitó a poner sólo paños fríos al problema, como el reciente lanzamiento de los 500 productos a precio congelado. Una herramienta que se implementó después de finalizado el congelamiento que rigió entre febrero y mayo.
A juzgar por las mediciones extraoficiales de la evolución de los precios, estas herramientas cortoplacistas para encorsetar el indicador de la inflación, dejaron de tener efecto a mediados de mayo. Luego, de acuerdo con el sondeo de Elypsis, las subas pasaron de una variación semanal del orden del 0,7 por ciento, hace un mes, al 1,7 por ciento y luego al 2,5 por ciento (hasta la semana del 2 al 7 de junio). Entre los productos que más aumentan figuran los panificados, cereales y pastas (4,5 por ciento), lácteos y huevos (3,9 por ciento), baterías de cocina, cubiertos, vajillas (3,4 por ciento) y verduras (3,4 por ciento).
Por otro lado, entre los que menos suben se ubican las frutas (0,8 por ciento), aceites y grasas (0,9 por ciento), artefactos para el hogar (1 por ciento) y carnes (1 por ciento). En términos de variación semanal, se detectaron subas del 34 por ciento en los productos relevados (con un incremento promedio de 2,7 por ciento) y bajas en el 5,9 por ciento de la muestra. En definitiva, “la aceleración de la inflación está relacionada con una mayor cantidad de productos con ajustes de precios más que con incrementos intensos en pocos productos”, subraya Cohen.
La metodología que sigue esta medición se basa en tomar 300 mil precios en 60 comercios -on line- todos los días aplicando la misma ponderación que utiliza el Indec. Obviamente, con una muestra más acotada. No entran tarifas de servicios públicos, por ejemplo.
Otro dato no menor, sostienen los economistas en general, es que, con los anuncios que giran alrededor del congelamiento, el gobierno desvía la atención de otras variables de la economía, que impactan en la inflación. Como la creciente emisión del Banco Central o la política sobre el dólar. Temas que generan presión sobre los precios.
Como también señalan los analistas de Economia&Regiones: “si el Bcra virara hacia la prudencia monetaria, la probabilidad que la inflación bajara en el mediano y largo plazo aumentaría, creciendo las chances de que las expectativas de devaluación se redujeran y los problemas cambiarios se solucionaran”.
Fuente: www.aimdigital.com.ar