
En el día internacional de lucha contra el cáncer infantil, recordamos la nota realizada a los padres de Sara Barzola, quienes a través de su experiencia, continúan brindado un testimonio en el proceso vivido con su pequeña hija, dejando un mensaje esperanzador a toda la sociedad.
15 de febrero | Día Nacional para la Lucha contra el Cáncer Infantil
Cuando un ser querido enferma, toda el núcleo familiar también. La búsqueda de ayuda médica, los pasos propios de los tratamientos, la espera, la angustia, la esperanza, el dolor, los avances y los peligros… todo asusta, pero todo lleva a la unión y lucha incansable para salir juntos adelante.
Y cuando de vidas pequeñas se trata, las emociones se contagian, se vuelven viralizan y se suman a la pelea por vencer cualquier padecimiento.
Esto es lo que demostró la familia de Sarah Barzola, la niña que no bajó nunca sus brazos y hoy nos demuestra con su experiencia, que el cáncer puede vencerse.
Periódico BRUJULA dialogó con su padre, Víctor Barzola para conocer el proceso por el cual pasaron estos últimos meses y compartir la alegría de tener nuevamente a la pequeña en casa.
¿Cómo descubrieron la enfermedad de su hija?
Sarah sufrió un paro cardiorrespiratorio y la llevamos de urgencia al Hospital de Cerrito. Allí la reanimaron y trasladaron al Hospital de Niños San Roque en Paraná. Los médicos le hicieron una placa de tórax y nos informaron que aparecía una mancha blanca en la parte posterior del pulmón derecho, por lo que al día siguiente le realizarían una tomografía. Es este estudio el que confirma la presencia de una masa tumoral en nuestra bebé.
Desde Paraná la derivan al Hospital Gutiérrez en Buenos Aires, por lo que debimos viajar hasta saber lo que pasaba. Allí le practicaron todos los estudios pertinentes y le diagnostican un Neuroblastoma (un tipo muy raro de tumor canceroso que se desarrolla a partir de tejido nervioso. Normalmente se presenta en bebés y niños).
¿Cuáles fueron las primeras intervenciones que propusieron los médicos?
Al tercer día de internación, le hicieron una cirugía para aplicar un catéter, hacer una punción y extraer parte de la masa para biospsiar. Una vez que analizaron todo, comenzó con los tres primeros ciclos de la quimioterapia. Cada ciclo comprendía siete días seguidos de medicación (vía oral), se aguardaban dos semanas y nuevamente, quimioterapia. Así fueron los tres ciclos.
Mientras revisaban los resultados, los médicos programaron tres ciclos más e intensos, ya con internación y por vía catéter.
Como papás, ¿cómo atravesaron estos momentos en que apremiaba tanta intervención sobre Sarah?
Nos fue muy difícil asumir semejante situación, pero por suerte, y con el acompañamiento de toda la familia, la comunidad, gestos y acciones solidarios, conocidos y no conocidos, nos animábamos permanentemente. Hubo personas que nos ayudaron en la agilización de trámites, familias en Buenos Aires que nos brindaron todo. Por todo eso pudimos sobrellevar la situación con mucho optimismo.
¿Cuándo determinaron realizar finalmente la operación?
En la mitad del último esquema de quimioterapia se le practicaron estudios y al ver que la medicación no reducía el tumor, que es lo que esperaban los oncólogos, decidieron junto al Comité de Tumores (análisis de oncólogos y cirujanos) llevar a Sarah a cirugía.
La misma duró 5 horas y 15 minutos, desarrollándose con total éxito. Luego la pasaron a terapia intermedia y ahí se recuperó en dos semanas. Le dieron el alta y le practicaron un centellograma con MIBG y un estudio de orina para ver los niveles de Catecolaminas. Ambos dieron bien, lo que determinó que la bebé se había curado.
¿Qué mensaje transmitiría a los padres de niños que atraviesan este tipo de patología?
Lo que uno siente cuando se entera que un hijo está enfermo y lo que nos pasa a lo largo del tratamiento es algo indescriptible. Es muy difícil, porque se dan días buenos, días malos. El acompañamiento de nuestro pueblo fue un pilar fundamental para nosotros. Se hicieron bicicleteadas, peñas, cadenas de oración de todos los credos. Gente conocida y no tanto, se comunicaban con nosotros para preguntarnos cómo estaba la beba, para darnos fuerzas, para apuntalarnos. No tenemos más que palabras de agradecimiento.
Como papás, la enfermedad de Sarah nos marcó un antes y un después. La contención te moviliza mucho y es por eso que hoy estoy a disposición de papás que estén atravesando por un momento difícil. A uno este tipo de situaciones le son tan ajenas, te parece que nunca te va a pasar.
Como padres siempre mantuvimos una mirada positiva. Hoy estamos en casa, en familia, tratando de retomar nuestra rutina y de disfrutar de los buenos momentos que la vida nos brinda.
El cáncer infantil es un conjunto de enfermedades con una incidencia muy baja en los niños. El diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado son elementos esenciales para la curación del cáncer pediátrico.
El cáncer que afecta a niños y adolescentes posee características propias definidas, que en cada caso tienen un tratamiento y un desarrollo específico y, en su mayoría, un mejor pronóstico que el cáncer de adultos.
La detección temprana y una atención médica de calidad del cáncer infantil son fundamentales para mejorar el pronóstico de la enfermedad y poder curarla.
Periódico BRUJULA
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