Un pinchazo en la pierna y un líquido en la cara, todo se deforma y el tiempo corre más lento. Ella siempre escuchó sobre la droga “Burundanga”, pero nunca se imaginó que la inyectarían volviendo a su casa
Ella nació y creció en Concordia. Es una chica con sus gustos, hobbies, amigos y familia. Terminada la escuela secundaria, su vida fue adoptando nuevos rumbos, y decidió irse a vivir a Rosario, Provincia de Santa Fe, donde cursa su segundo año en Medicina.
Una tarde de sábado, aprovechando el descanso del estudio, salió a correr y despejarse. Al querer volver ocurrió lo que nunca se imaginó que le pasaría. Hoy pasó un mes y ella se anima a contarlo a elentrerios.com>
El hecho ocurrió el sábado 27 de junio de este mismo año.
“Salí a correr, cuando volvía caminando a mi casa, al mediodía, a las 12:30, tomé callé Córdoba. Pasé calle Italia y una persona me atacó. Sentí un pellizco en mi pierna izquierda, acompañado de un líquido que me tiraron en la cara.” Automáticamente su cara empezó a adormecerse. Sintió que se paralizaba.
No sabe cómo, logró correr hacia la vereda de enfrente para pedir auxilio. “Había una señora que estaba en la puerta del Banco HSBC. Cuando le cuento lo sucedido, le señalo al hombre que me había hecho esto. Él estaba cruzado de brazos mirando la situación, como si nada hubiera ocurrido, como si ésta fuera otra escena común del día a día laboral.”
La señora le presta ayuda y la lleva en un taxi hacia el Hospital Centenario. “Allí una doctora me atiende rápidamente y me pregunta: ¿Sabes qué día es hoy? Sí, jueves. Y ¿sabes dónde estás? Sí, estamos en la plaza. En ese momento sentí que el mundo iba más lento, que sus palabras salían de su boca, pero que nada iba acorde con el tiempo. Todo había bajado varios cambios.” La droga comenzaba a hacer efecto, produciéndole alucinaciones.
“Mis manos transpiraban, mi vista estaba nublada, mi cuerpo no respondía”. Le pasaron suero. Sus síntomas respondían a la famosa droga: Burundanga. (Escopolamina) y el líquido que sintió en la cara resultó ser Cloroformo.
“Hoy siento pánico, miedo. Estoy asustada. Tengo miedo de caminar, de que personas me saluden. Tengo miedo de dormir, cerrar los ojos, bañarme, estar sola. Siento que mi cabeza va a explotar, y que mi fuerza se debilitó.”
Ella no puede parar de imaginarse qué hubiera pasado si no lograba pedir ayuda. “¿Qué hubiera pasado si me desmayaba en la calle? ¿Donde hubiera terminado? ¿Aparecería varios meses más tarde en San Juan, Misiones o alguna otra provincia lejos de mi casa?”
Revisando las cámaras del lugar de los hechos, la Policía vio que ese hombre es un prófugo de la Justicia de hace 2 años, con cargos por Trata de personas.
“Esto ocurrió el sábado 27 de junio. Hoy 20 de julio no puedo cerrar los ojos y dormir porque tengo miedo.”
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